Eres de mi propiedad, todo tu, en cuerpo y mente. Me divierte y excita mucho, usar tu polla de la manera que me place, y castigarla y darle una educación correcta es básico en tu entrenamiento. La usas con tu mujer para follarla, pero conmigo y en mi presencia, tiene una utilidad muy distinta. Soy perversa y sádica, y me gusta verte sufrir. Imaginas ya lo que te espera? Con tu movilidad reducida, con camisa de fuerza puesta, que por cierto, te queda de fabula, no estas en posición de negarte a nada. Así que empiezo a adornar tu pene y pelotas, como si fuera un arbolito, con pinzas, y pesos que alarguen tus huevos. Tus gemidos y quejidos, al contrario de producirme piedad, no hacen mas que excitarme mas y mas, y mis ganas de aumentar tu dolor aumentan. Si, estas en mis manos, y tu no tienes nada que decir al respecto, solo asumirás como buen siervo mío que eres, mi voluntad, como debe ser.
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